Aprender a Soltar

“La verdad es que, a menos que lo dejes ir, a menos que te perdones a ti mismo, a menos que perdones la situación, a menos que te des cuenta de que la situación ha terminado, no puedes seguir adelante”. (Steve Maraboli)

Si nos fijamos en la RAE (Real Academia Española) soltar es la acción de desatar, dejar ir o dar libertad a quien estaba detenido o preso. https://dle.rae.es/soltar 

Quedándonos con «dar libertad a quien estaba detenido o preso» podemos entender que soltar no es una acción fácil, ya que implica consciencia, generosidad, comprensión, confianza, amor, respeto y acompañamiento. Soltarse una/o mismo implica valor y mucho trabajo personal.

Para empezar el ejercicio de soltar, lo primero será identificar qué es lo que queremos soltar. Soltar las creencias familiares, las exigencias externas, los deseos de los/las padres/madres, los mandatos sociales. Soltar los sueños de otros para despertar y vivir tus propios sueños. Soltar las brasas que aguantas en la mano para complacer a los demás, cuando tú te estás quemando, implica reconocer lo que te está dañando y lo que ya no necesitas. Soltar para poder dejar espacio a lo nuevo, a lo que si quieres en tu vida, a lo que hoy te apetece tener. 

Imagínate un armario con ropa tuya de cuando eras un/una bebé. Ropa que no hayas retirado, ni quitado nunca y que hayas añadido la nueva con los años. Si ahora tienes 30 años ¿cuánta ropa cabría en ese armario?; ¿cuánta ropa de la que guardas hoy necesitas?

Guardamos, guardamos y volvemos a guardar palabras, gestos, miradas, comentarios, momentos, creencias, valores, ilusiones, deseos que hoy ya no necesitamos, que hoy no nos hacen falta para seguir con nuestros objetivos actuales, con nuestras metas y con nuestra vida. 

Si una pera, manzana o naranja puede llegar a estropear al resto de las frutas que hay en la cesta, ¿qué puede aportar algo que ya no necesitamos y lo seguimos manteniendo? 

Soltar es una acción necesaria y casi obligatoria, ya que la vida es un continuo cambio y hay que adaptarse a ello con resiliencia, con empatía, compasión. Soltar el pasado que tanto dolió, soltar la culpa que tanto pesa, soltar las palabras que dijiste sin querer. La naturaleza nos enseña con cada estación la importancia de la acción del soltar. El otoño es el gran maestro para esta acción, ya que es capaz de desprenderse de todas las hojas y dejar a los árboles al descubierto para un posible invierno frío. Su generosidad y su forma de hacerlo invita a aprender a desprenderse de todo lo que ya no necesitamos y poder liberar nuestro cuerpo y nuestra alma del peso que no nos deja respirar; Poder hacerlo implica aprender a soltar, implica definir qué es para ti la acción de soltar y qué ¿empezarías a soltar?

Empieza por lo que te resulte más fácil, lo que puedas sostener ahora y te motive para hacerlo.

• – ¿Para qué crees que el otoño existe? 
• – ¿Cúal crees que es su función? 
• – ¿Por qué crees que los árboles dejan caer sus hojas? 
• – ¿Para qué crees que algunas flores florecen sólo en primavera? 

Aprender a soltar esa infancia que tanto marcó tu vida, que tanto dolió y sigue doliendo. No eres el/la responsable de lo que pasó entonces. Imagínate un árbol que no renuncia a ninguna de sus hojas y que cada primavera añade más hojas. ¿Cuánto peso pueden aguantar sus ramas y su tronco?

¿Qué relación tiene la acción del perdonar con la de soltar? 

Se puede soltar superficialmente, pero si en lo profundo queda dolor, resentimiento, odio, rabia es que aún no se ha soltado. El perdón puede ayudar a que ese niño, esa niña se libere del peso de la culpa y poder soltarla. Ya que como he comentado con anterioridad lo que pasó en la infancia no es responsabilidad del niño o la niña. 

Perdonarnos como adultos, pedir perdón al niño o a la niña interior por la infancia vivida puede ayudar a que hoy se sienta seguro/a y protegido/a, al pasado no se puede volver, se puede reparar, reconstruir, o incluso coser hoy las heridas de entonces; Se suelta cuando se aprende a perdonar.

“Cuando tienes resentimiento hacia otra persona, estás atado a esa persona o condición por un vínculo emocional que es más fuerte que el acero. El perdón es la única forma de disolver ese vínculo y liberarse”. (Catherine Ponder)

Soltar para conocerse y empezar a vivir tu historia. Soltar para empezar a ser lo que eres y quién quieres ser. Si soltamos viejas versiones podemos crear otras nuevas. Una vez identificado lo que ya no quieres en tu vida hay que pensar en lo que sí quieres. Soltarás mientras aprendas a caminar hacia lo que quieres.

«Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y hacer un nuevo final.» (María Robinson)