El mito de que el duelo dura entre seis meses y un año sugiere que existe un plazo específico para superar la pérdida de un ser querido. Sin embargo, la realidad es que cada persona experimenta y procesa el duelo de manera diferente, y no hay un tiempo «correcto» o «incorrecto» para la duración del duelo.
El proceso de duelo es individual y varía según múltiples factores, como la relación con el ser querido fallecido, el apoyo emocional disponible, la personalidad del individuo y las circunstancias que rodean la pérdida. Algunas personas pueden comenzar a sentirse mejor después de varios meses, mientras que otras pueden tardar años en adaptarse a la ausencia de su ser querido.
En algunos casos, las personas en duelo pueden experimentar un estado de shock durante los primeros meses después de la pérdida, lo que puede hacer que el proceso de duelo parezca más corto de lo que realmente es. El shock puede actuar como una especie de mecanismo de defensa que protege a la persona del dolor abrumador. Una vez que este estado de shock comienza a desaparecer, es posible que la persona en duelo se enfrente al impacto emocional completo de la pérdida y sienta que el proceso de duelo es más intenso.
Es fundamental recordar que no hay un «calendario» para el duelo y que cada persona debe permitirse el tiempo necesario para sanar y adaptarse a su nueva realidad. El apoyo emocional de amigos, familiares y profesionales puede ser esencial durante este proceso, ayudando a la persona en duelo a enfrentar y superar el dolor en su propio tiempo y de su propia manera.